La enfermedad renal crónica se refiere a la pérdida irreversible de la función renal, dicha pérdida puede ser gradual y progresiva, o bien, terminal: en el primer caso se identifican cinco estados o niveles y se puede pasar de uno a otro de manera asintomática, de los cinco niveles, los cuatro primeros pueden ser atendidos con dietas y tratamientos médicos, no así en el quinto nivel en dónde ya se requiere terapia de reemplazo.
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La enfermedad renal crónica se refiere a la pérdida irreversible de la función renal, dicha pérdida puede ser gradual y progresiva, o bien, terminal: en el primer caso se identifican cinco estados o niveles y se puede pasar de uno a otro de manera asintomática, de los cinco niveles, los cuatro primeros pueden ser atendidos con dietas y tratamientos médicos, no así en el quinto nivel en dónde ya se requiere terapia de reemplazo; en el segundo caso, etapa terminal, ya no resulta suficiente la atención de tratamientos adaptativos para el riñón, la composición normal de la sangre y líquidos corporales necesarios para un estado de equilibrio se logran sólo mediante la práctica de hemodiálisis, es decir, una terapia sustitutiva extracorporal que acompañada de medidas médicas y nutricionales podrían mejorar el pronóstico y el nivel de vida de los pacientes.
La hemodiálisis implica la eliminación de toxinas y el exceso de fluidos de la sangre y los tejidos, mediante este procedimeinto se logra hacer circular en forma continua la sangre a través de un filtro también conocido como dializador. Mediante el uso de una máquina especial, este filtro funciona como una especie de riñón artificial, puesto que realiza las funciones de este órgano vital. El dializador cuenta con una membrana que es semipermeable, ya que sólo permite la entrada de partículas de un tamaño determinado; de esta manera, mientras el líquido dializante (una solución especial compuesta de agua, glucosa y productos químicos, similar a los fluidos del cuerpo sin toxinas) fluye por un lado de la membrana, la sangre fluye por el otro.
En pocas horas, la sangre queda limpia y se ha eliminado el exceso de fluidos en el cuerpo del paciente. Normalmente, el paciente recibe su tratamiento de “hemodiálisis alterna” tres veces por semana, sin embargo, es el médico quien determina la frecuencia y duración del tratamiento. La hemodiálisis se realiza normalmente en clínicas especializadas y su realización es acompañada por enfermeras especializadas en la material.